18 marzo, 2009

Un libro: Brisingr


Título:
Brisingr

Autor:
Cristopher Paolini

Edición:
Barcelona, ROCA EDITORIAL DE LIBROS, S.L., 2008 (1ª ed.), 700 páginas.


Brisingr es la continuación de Eragon y Eldest, la tercera parte del ciclo “El Legado”. Narra las aventuras de Eragon, un joven que encuentra un huevo de dragón y lo cría cuando nace, convirtiéndose en uno de los legendarios Jinetes de Dragón y enfrentándose al tiránico Emperador Galbatorix junto a los rebeldes vardenos, una lucha que debe librar mientras averigua la verdad sobre su pasado. Brisingr retoma la narración en el punto que la había dejado la novela anterior, con el protagonista cargado de dudas sobre su propia identidad y derrotado por su enemigo Murthag tras la Batalla de los Llanos Ardientes. Eragon se dispone a cumplir con sus promesas y solucionar los conflictos que había causado, lo que le llevará a nuevos viajes, batallas y aventuras a lomos de su dragona Saphira.
Brisingr
Se trata de un buen libro de aventuras, que mantiene el interés en todo momento, y correctamente escrito, con abundantes descripciones y mucha acción. En el presente volumen, destacan los conflictos de conciencia de Eragon y de su primo Roran sobre los soldados a los que matan, las dudas de fe de Eragon (tras su deprimente etapa de ateísmo bajo la tutela de Oromis) y la resolución de los conflictos planteados en los tomos anteriores. Prosigue la guerra, se perfila la figura de Galbatorix (que hace su primera intervención en este libro) y se disipa parte del misterio en torno a Eragon. Hay armas mágicas, vuelos arriesgados, combates frenéticos, magia y conflictos.

Tan solo hay tres aspectos cuestionables en el libro. En primer lugar, su acusado paralelismo con Star Wars; Eragon es un joven que vive una pacífica existencia, criado por sus tíos, hasta la intromisión del Imperio, que le busca para matarle y destruye su hogar… casi exactamente como Luke Skywalker. Brom es una figura muy similar a Obi-Wan, Oromis se parece a Yoda, Galbatorix, a Palpatine, Durza, a Darth Vader…
El paralelismo es menos acusado en Brisingr que en Eragon o en Eldest.

Después, está la moral “políticamente correcta” imperante en el relato (sobre todo en la deprimente sociedad élfica reflejada en Eldest, y la moral atea del “gran sabio” Oromis, también menos acusada en el presente volumen.

Por último, está el “culto de la sangre” de Dras-leona, que aunque más bien representa el fanatismo religioso en general, en algunos aspectos parece querer mostrar alguna similitud con el catolicismo.

ACLARACIÓN: En Anciles damos una gran importancia a la lectura, a las buenas lecturas. Por eso disponemos de una muy amplia biblioteca. Nuestro propósito es que a través del Blog de Anciles os animéis a leer buenos libros. Para esto procuraremos poner periódicamente comentarios de libros que hayan gustado a nuestros lectores. Este primer comentario está hecho por José, probablemente el lector más asiduo de nuestra biblioteca.

5 comentarios:

  1. Anónimo11:09 a. m.

    Enhorabuena. Me parece una buena crítica, y eso que no he leído el libro; pero dos cuestiones:

    1. ¿Qué es una moral políticamente correcta? ¿Te estás refiriendo a una ética pública? No lo entiendo.

    2. Dentro del catolicismo también hay fanatismo.

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  2. Anónimo7:27 p. m.

    En primer lugar, gracias por tu comentario. En cuanto a las cuestiones:

    1. Al decir moral políticamente correcta, me refiero a una moral relativista, como la que impera en la actualidad en España, donde el único criterio del bien viene determinado por lo que a cada uno le parece bueno. A ese respecto, los elfos de El Legado llegan a extremos grotescos, haciéndose crecer pelo y colmillos para unirse más a la naturaleza, convirtiéndose en árboles...

    2.Es cierto que también hay católicos fanáticos (como hay ateos, musulmanes, protestantes...), pero esa no es razón para presentar a la Iglesia en conjunto, como un grupo de fanáticos dementes. Los miembros del Culto de la Sangre levantan catedrales, uno de sus mensajes es "quisiera yo, al entrar en este lugar, comprender mi transitoriedad y olvidar mi apego a lo que amo" (Eragon, pág.238), se amputan miembros como sacrificio, usan cálices y rinden honor a una deidad llamada "el Triunvirato". Como católico,considero que el autor no entiende el sentido cristiano del sufrimiento, de la muerte y del sacrificio.

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  3. Anónimo7:58 p. m.

    Me parece un comentario un poco enredoso para los que no estamos muy familiarizados con la literatura fantástica. De todos modos, creo que es una iniciativa muy buena esta de los comentarios de libros. Haced el favor de avisarme cuando deseéis que alguien os comente un libro de los que me gustan a mí. Claro que, antes, tendréis que averiguar quién soy...

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  4. Anónimo9:06 p. m.

    Me ha gustado mucho el comentario de este libro. El cristianismo contribuyó a la erradicación del fanatismo de manera decisiva y potenció las posibilidades de la razón hasta límites que, sin él, no cabría imaginar. Que esto no se reconozca hoy en día tiene más que ver con el fanatismo laicista que con una visión objetiva e imparcial de la historia del pensmiento.

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  5. Anónimo10:21 a. m.

    Hola de nuevo. Soy el anónimo primero que, ante la avalancha de comentarios anónimos, me veo en la obligación de identificarme como UNO.

    En primer lugar gracias por la contestación. Dices que la moral políticamente correcta es la relativista, y la defines como "lo que a cada uno le parece lo bueno". Lo cierto es que hasta ahora no hay una moral universalmente admitida, y en realidad no deja de ser más que una cosa cultural o -si se prefiere- una cuestión de educación. En la cultura hinndú, por ejemplo, es malo que las viudas se casen de nuevo; en definitiva, creo que la conciencia -esa "voz interior" que nos dice qué es lo bueno y qué lo malo- no es más que la razón educada. La misma Iglesia Católica -creo que a través de Pio XI- relativizó el "fuera de la Iglesia no hay salvación".

    Respecto al último comentario anónimo no estoy en absoluto de acuerdo. ¿Erradicación del fanatismo? ¿Cómo contribuyó, eliminando a los infieles? ¿Potenció las posibilidades de la razón hasta límites insospechados? ¿Cómo? De verdad que no es éste un comentario contra el cristianismo, pero incluso los cristianos debemos tener espíritu crítico y saber que a lo largo de la historia se ha hecho mucho daño en el nombre de Dios. De parte de ese daño, Juan Pablo II ha pedido perdón. Y, en fin, sin querer crear polémica, creo que la Iglesia siempre ha ido a remolque en la historia del pensamiento y de la razón. Muchas de las explicaciones teológicas -si no todas- de los actuales dogmas surgen para tratar de refutar diversas desviaciones.

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