20 mayo, 2015

Un fin de semana muy completo

Esta última semana hemos estado muy atareados en el Club, especialmente el fin de semana. Destacan tres actividades: taller de cocina, Anciles total y Trekking Familiar.

Taller de cocina

Ya hemos contado en otras ocasiones que una de las actividades con más gancho de este curso ha sido el taller de cocina. Pues este último viernes ha sido el último taller del curso. Como ya tenemos cierta experiencia nos hemos animado con un plato clásico, pero que requiere cierta elaboración: la tortilla española. Debido a las primeras comuniones faltaron algunos de los habituales, pero cada uno de los cuatro que estuvieron en la actividad hizo su tortilla.
Hugo, Guillermo y Jaime con su tortilla. Detrás el ayudante Nazario. Falta Alejandro, sí que está su tortilla.
Las cuatro tortillas salieron muy bien. Hugo le puso pimiento y, probablemente, fue la de mejor aspecto. A Guillermo salió más fina, pero muy buena. La de Jaime empezó muy bien, pero se complicó en un fallo tonto y tuvo que salvarla el cocinero master, pero muy buena. Alejandro tuvo que irse antes de acabar, pero su tortilla fue excelente. Le guardamos una muestra de cada una.

Los padres y madres que vinieron a última hora valoraron muy positivamente, con diversos matices, todas las tortillas. Una experiencia estupenda. ¿Qué haremos el próximo curso?

Anciles total

El sábado, 15 de mayo, nos reunimos en el club para una de las actividades de estudio y juegos. Quedamos en el Club a las once de la mañana para empezar con una hora de estudio. Acabada esta primera hora montamos las consolas y nos dedicamos a los videojuegos por un rato.

Terminado el rato de juegos, volvimos a la sala de estudio. También comimos en el club. En total completamos tres horas de estudio en época de exámenes y algo más de tiempo de juegos. En cualquier caso cumplimos con los objetivos de la actividad: estudiar y disfrutar en el Club con los amigos.

Trekking Familiar

El domingo, con un día soleado y caluroso, disfrutamos del Trekking Familiar Anciles. Esta vez nos fuimos hasta Fuentes de Peñacorada, un pueblo cercano a Cistierna, al norte del Pico Peñacorada y en medio de un valle precioso. Este fue el menos numeroso de los Trekking Familiar de los últimos tiempos: solo estábamos seis personas: Marcelo con sus padres, Alejandro, José María y Charly. ¡Las primeras comuniones y los compromisos familiares son más importantes!
Ascendiendo por el valle.
Desde el pueblo de Fuentes de Peñacorada descendemos hacia el valle y tomamos el camino que discurre paralelo al arroyo de Fuentes. Aunque el camino es claro, la pendiente suave y caminamos al lado del arroyo, el calor es intenso pues el aire no se mueve. Nuestro camino va cambiando entre prados y bosques hasta llegar al collado de la Mata.

Aquí paramos un poco para descansar y, ahora sí, disfrutar un poco de la brisa. Intentamos localizar el mirador desde el que se ven a lo lejos montañas con nieve y bosques verdes, pero de cerca no vemos ni la Mata de Monteagudo ni la ermita de la Velilla. Como salimos tarde y es la hora de comer, buscamos un prado verde y paramos a la sombra de un árbol bajo la Peña Castiello. Después algunos se animaron a subir esta breve peña. Desde aquí sí que vemos la Mata de Monteagudo y un buen paisaje. Destaca el inconfundible Espigüete en el horizonte este.
Una parada bajo un impresionante roble.
Por la tarde regresamos hacia Fuentes de Peñacorada por un camino por la parte alta del monte hasta la pradería de Villarín y después, siguiendo los restos de la calzada romana, hasta llegar al pueblo. El camino de vuelta es mucho más fácil, casi todo en una ligera pendiente hacia abajo.

Llegamos a Fuentes de Peñacorada a eso de las cuatro de la tarde. Paramos un rato descansando en la fuente que da nombre al pueblo y que proporciona abundante agua fresca. Esta vez llegamos pronto a León. El día resultó magnífico y la excursión muy suave. Más fotos en Flikr.

05 mayo, 2015

Jóvenes Montañeros en Los Calderones

Durante el mes de abril teníamos prevista una excursión de Jóvenes Montañeros a los Calderones de Piedrasecha, pero debido al mal tiempo tuvimos que aplazarla. Finalmente la programamos para el dos de mayo, sábado. El día anterior las previsiones daban lluvia en toda la provincia. Estuvimos a punto de aplazarla de nuevo, pero finalmente nos decidimos a enfrentarnos a las inclemencias del tiempo y buscar la aventura.

Iniciando el camino con el cielo totalmente cubierto.

El día previsto se presentaron en Anciles Pelayo, Jaime y Marcelo dispuestos a todo. En el momento de partir las previsiones habían mejorado, probablemente no llovería a partir de mediodía. Al llegar a Piedrasecha el cielo estaba totalmente cubierto. Al poco de comenzar el camino empezó a caer una llovizna que apenas molestaba.

Un poco antes de El Manadero nos desviamos para localizar un tesoro de geocaching. Macelo, más experimentado, logró localizarlo rápidamente. Jaime no había encontrado nunca un geocaching y le resultó divertido
¡Tesoro encontrado!
Muy cerca también descubrimos una salamandra, que para los chicos era un bicho desconocido. Al llegar a El Manadero nos sorprendimos al ver surgir de entre las rocas un arroyo bastante caudaloso. Subimos hasta la cueva de la Virgen y allí le rezamos el Regina y una salve. Aprovechamos la parada para tomarnos un refrigerio.

A continuación nos adentramos en el desfiladero de Los Calderones, un paraje realmente singular. Había que caminar con bastante cuidado entre las rocas mojadas y resbaladizas.
Jaime, Pelayo y Marcelo en lo profundo de Los Calderones.
Seguimos avanzando hasta llegar al punto en que el agua del arroyo se pierde entre las rocas para aparecer de nuevo en El Manadero. Por el camino la lluvia empezó a molestarnos a ratos. Las plantas mojadas nos calaban el pantalón. Después alcanzamos la cascada, que llevaba una gran cantidad de agua, más bonita que nunca.
Al lado de la cascada.
Poco después salimos del desfiladero para llegar a Santas Martas, un pueblo abandonado del que solo queda en pie una cabaña. Nos acercamos a la cabaña que estaba abierta. En su interior un somier y poco más. Justo en ese momento se pone a llover en serio. Jaime no quería entrar en la cabaña, el olor a humo era realmente intenso. Con unos pocos palos secos logramos encender un fuego dentro de la cabaña, en un lugar adecuado para la operación. Lo cierto es que el abundante humo del fuego salía por la chimenea y por cualquier otro lugar.
Pelayo cuidando del fuego en la cabaña. Hay "algo" de humo.
Como la lluvia seguía fuera, decidimos comer en la cabaña. Los chicos se "emocionaron" con la hoguera. Después de un buen rato costó sacarlos de allí. Como había pocas ganar de subir más monte y la lluvia podía volver en cualquier momento, decidimos regresar por el mismo camino.

Ahora no llueve. En algún momento del recorrido el sol asoma tímidamente entre las nubes. Recorremos Los Calderones hacia abajo. Al llegar a El Manadero paramos de nuevo un rato en la cueva de la Virgen. Los chicos se entretienen en intentar encender las velas que todavía tienen cera y en merendar un rato.
Jaime, Pelayo y Marcelo en el camino de vuelta.

Seguimos el camino hasta Piedrasecha. Entre bromas y juego hemos hecho una excursión bonita. Los chicos se lo han pasado bien. Al regresar a León quieren pasar un rato en el club jugando. Al final hay que mandarles a casa. Ya es tarde. En flickr podéis ver más fotos de la excursión.