11 junio, 2010

LOS TICS EN LA INFANCIA

Suelen ser frecuentes en esta etapa de la vida. Afectan a un 20% de la población en estas edades. Se trata de movimientos que son involuntarios, de corta duración, repetitivos y bruscos. Pueden aparecer entre los 6 y los 10 años y se suelen extinguir en la adolescencia. Es raro que se mantengan en la edad adulta. Se desconoce la causa de su aparición y tienen una base psicológica. Los tics aumentan en situaciones de ansiedad, disminuyen con la relajación y desaparecen durante el sueño.

Clasificación de los tics

- Los faciales son los más frecuentes e inofensivos: parpadear, sacar la lengua, mover la barbilla o fruncir las cejas.

- Los del cuello como el cabeceo o la rotación y los de las extremidades superiores (encogimiento de brazos o de hombros), son bastante habituales.

- Los respiratorios y de fonación (resoplar, sonarse, toser, bostezar, soplar, gruñir o hacer ruidos con la boca) se dan con frecuencia en la Educación Primaria.

- Los tics motores complejos (golpearse uno mismo, saltar, pisotear) y los fónicos complejos (la ecolalia o repetición de las palabras que se dirigen, la alilalia o repetición de las propias palabras) son infrecuentes y preocupantes. Pueden ser síntomas de algún trastorno como, por ejemplo, el síndrome de Tourette.

¿Cómo actuar?

Si tu hijo o tu hija tiene algún tic de los frecuentes…

- En general no le des importancia. Intenta tranquilizarle, si te pregunta. Si los padres lo tienen como algo normal y pasajero, el pronóstico es más positivo; y en el plazo de unos meses, o de un año, suele desaparecer. Si se da mucha importancia al tic, si se recuerda continuamente que no debe hacer eso, se puede convertir en crónico.

- No le castigues ni te enfades con él. Los tics son involuntarios y no se producen para molestar a los demás.

- Procura que tu hijo lleve una vida tranquila, sin exceso de actividades.

- Si sus compañeros se meten con él, habla con el tutor para que evite esa situación en clase.

- Si se trata de un niño muy perfeccionista y autocrítico, ayúdale a entender que en la vida no todo son tareas escolares y que debe descansar y jugar.

- Si tu hijo o tu hija tiene un tic motor o fónico complejo, o lleva más de un año con un tic; llévale a un especialista.

- Aprender a relajarse ayuda a que el problema desaparezca.