24 noviembre, 2008

La autoridad positiva

¿Dónde está el límite entre la autoridad y la libertad? ¿Cómo dar libertad sin llegar al “permisivismo”? ¿Cómo corregir acertadamente? Las respuestas no son sencillas: los padres que no corrigen a sus hijos cuando lo necesitan, provocarán en ellos una gran desorientación. Por el contrario, si son demasiado estrictos producirán falta de confianza.

Parece claro que la autoridad positiva es más eficaz que una mera reprensión; pero en algunos momentos será necesaria. Ante una situación conflictiva, el padre o la madre, deben mantener la calma y evitar conductas agresivas que restan autoridad.

Algunas pautas que pueden ayudarle:

- Debemos marcar límites y objetivos claros que permitan distinguir lo que está bien y lo que está mal.
- Tener objetivos claros de lo que pretendemos cuando educamos: han de ser pocos, claros y compartidos por ambos padres.
- Apreciar siempre los intentos por mejorar. Esto facilita el seguir esforzándose.
- Estimule a su hijo o hija con palabras cariñosas y animantes. Hágale ver que si se le exige es porque se le quiere.
- Enseñe con el ejemplo. No podemos decir a un hijo que tenga buenas calificaciones, si nosotros procuramos trabajar lo menos posible.
- Cuando piense que es necesario corregir, corrija.
- Explique a sus hijos que toda conducta tiene consecuencias sobre ellos mismos y sobre los demás.
- Anime a tus hijos a elegir el bien y sustituya, en la medida de lo posible, los mandatos por consejos.
- No tenga miedo a rectificar si se ha equivocado. Reconocer los propios errores no disminuirá su autoridad: la afianzará.
- Cuando tengas que reprender procure esperar un poco de tiempo para estar tranquilo y no crear otro problema.
- No olvide que los hijos tienen miedo a la injusticia, no a la corrección.

Para facilitar la obediencia es conveniente dar varias razones que pueden relacionarse con el futuro o con los valores morales. Es muy bueno que el marido y la mujer acuerden qué aspectos van a exigir al niño. También habrá que acordar los premios y los castigos. Si el padre castiga y la madre levanta esa sanción, el niño se acogerá a la situación que más le beneficie en cada momento, y no mejorará.

Para transmitir confianza en los hijos, evite dar órdenes unidas a gestos amenazantes. Nunca se enfade delante de los hijos. Cuando se le agote la paciencia, váyase a otro lugar, respire hondo, cálmese y dígale que arreglarán el problema más tarde. Cuando evalúe la conducta de su hijo, empiece resaltando los aspectos positivos.

Espero que estos consejos le ayuden para que su hijo sea una persona más libre y educada.

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