10 noviembre, 2008

El TDAH: Diagnóstico e intervención

¿Dónde acudir? El diagnóstico

Los padres se suelen dar cuenta que su hijo tiene problemas de comportamiento y no saben qué ocurre. Los maestros detectan que el alumno no sigue el ritmo ordinario del curso, que se porta mal, que no se centra en las tareas, que es más lento, etc.

Después de las sospechas que hemos ido comentando en el artículo, lo mejor es acudir a un especialista. El diagnóstico puede realizarlo un médico (pediatra, neurólogo, psiquiatra) o un psicólogo clínico. El procedimiento ordinario en los Servicios Públicos de Salud, suele ser acudir al pediatra o al médico de familia (según la edad del niño), y estos profesionales, o realizan ellos el diagnóstico o lo derivan a la Unidad Médica que se haya establecido en cada ciudad para evaluar este problema.

El procedimiento completo para realizar el diagnóstico incluye una valoración psicológica para conocer las capacidades del niño, una valoración médica para descartar o confirmar algunas enfermedades que puedan explicar los síntomas que tiene el niño y un diagnóstico psicopedagógico para poder orientar la intervención educativa.


¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento debe ser combinado. Debería incluir la medicación, la terapia psicológica para padres y profesores (en ella se informa sobre las estrategias a utilizar con el niño) y el tratamiento psicopedagógico para mejorar las destrezas académicas. También es conveniente ponerse en contacto con la Asociación más próxima, ya que en ella se facilita información y asesoramiento para ayudar más al hijo que tiene esta enfermedad.

Algunas orientaciones para los padres y profesores:

- Valorad los aspectos positivos que vaya logrando el niño y felicitadle.
- Decidle que si le recordáis las cosas es para ayudarle y no para fastidiarle.
- Animadle a que se marque objetivos concretos.
- Felicitadle cuando obtenga algún éxito como acabar un trabajo, entregar todos los ejercicios del día, etc.
- Enseñadle a pensar por sí solo y tranquilamente las consecuencias de sus actos.
- Insistid – aunque sin asfixiarle- en que utilice la agenda de forma sistemática.
- Inculcadle que no debe confundir el que le llamen la atención con un “bronca”, que debe aprovechar las buenas intenciones de los demás cuando le adviertan las cosas y valorar su paciencia.
- Evitad que se desespere cuando alguna cosa no le salga bien. Animadle a volver a intentarlo y a pedir ayuda.
- Inculcadle el hábito de estructurar sus actividades diarias con una rutina o con la ayuda de un horario semanal.
- Apoyadle y animadle a que se acepte como es.
- Disponed de un horario de estudio y dedicad 10 minutos cada día a organizar sus apuntes y las tareas diarias.
- Buscad el lugar más conveniente para estudiar o hacer los deberes ( de espaldas a la ventana, con buena iluminación o junto a un compañero tranquilo)
- Evitad los elementos que le distraigan como la música alta, la televisión, etc.
- Enseñadle estrategias para tomar apuntes en clase: hojas con margen, subrayador, carpetas con separadores, bolígrafos de no más de dos colores…
- Que escriba a la vez que estudia ( tomando notas, haciendo esquemas…) Esto ayuda a conseguir un estudio más activo.
- Practicad el uso de los resúmenes y esquemas y que los emplee para memorizar.
- Que adquiera el hábito de realizar repasos de la materia dada para afianzar los conocimientos.
- Ponedle exámenes y corregidlos para ver los contenidos que adquiere.
- Ayudadle a reflexionar antes de realizar una tarea o un ejercicio ( que lea varias veces el enunciado, que piense qué le piden, que organice los datos y que finalmente conteste).
- Que adquiera el hábito de repasar y corregir la ortografía y la redacción de los textos.

En definitiva, se trata de ser muy paciente y animante.

Nota: Este artículo es meramente informativo. Para realizar un diagnóstico adecuado es necesario acudir a un médico o a un psicólogo clínico.

Para saber más


FUNDACIÓN ADANA
http://www.f-adana.org/

ALENHI
http://www.alenhi.org/

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