20 enero, 2016

Trekking Familiar alrededor del Porma

El pasado domingo nos fuimos con el Trekking Familiar Anciles al pueblo de Camposolillo, en la cola del pantano del Porma. Estamos a mediados de enero y esta semana ha llovido bastante. De todas formas el día empieza bastante despejado, con algunas nubes y frío, pero adecuado para una excursión familiar. De hecho nos reunimos casi veinte personas en Camposolillo, un pueblo abandonado y en ruinas. Nuestro objetivo es llegar hasta otra población abandonada: Utrero.

Iniciando el camino
El camino es ancho y con muy poca pendiente. En algunos tramos hay charcos helados que divierten a los más pequeños o barro que molesta a todos los caminantes. Cerca tenemos las imponentes paredes del pico Susarón. Las laderas norte de las montañas cercanas están escarchadas de nieve.
Vamos caminando con el Susarón al fondo
Al cabo de un rato de caminar bajamos a un valle para cruzar el arroyo de Barbadillo. No hay puente y tenemos que buscar un paso entre piedras para salvar el arroyo que lleva bastante agua. Salvado el obstáculo, regresamos al camino que ahora sube hasta el collado de Barbadillo. En lo alto del collado hacemos una parada para tomar el aperitivo.
Llegando al collado de Barbadillo
A continuación descendemos hacia el sur, hacia las aguas del embalse. Ya cerca del nivel del agua, el camino se divide: hacia el oeste a Rucayo, al este tenemos muy cerca los restos de Utrero, que es nuestro objetivo. Enseguida llegamos a éste último pueblo. Hay algunas casas en pie, pero muchas están totalmente destruidas, solo quedan de ellas unos montones de piedras.
El embalse del Porma en los alrededores de Utrero. A la izquierda Peña Armada.
Paramos a comer sobre uno de estos montones de piedras. Es un lugar seco y relativamente cómodo. El cielo se está cubriendo de nubes que presagian mal tiempo. Tras la comida nos acercamos al límite este, frente a Peña Armada.
La mayoría de los caminantes frente a peña Armada.
Mientras la mayoría inicia el regreso por el camino, otros se acercan hasta el borde del agua.
Algunos de los pequeños al borde del agua.
Para regresar debemos subir de nuevo el collado Barbadillo. Aunque el camino es breve, a algunos pequeños se les hace duro y se entretienen bastante. Tras descender el collado decidimos tomar un atajo que nos lleva más directos hasta los coches.
En el camino de vuelta.
Ya con Camposolillo a la vista empieza a nevar. No es una nevada fuerte, caen pocos pequeños y poco numerosos, pero invitan a no entretenerse por si va a más. Llegamos a Camposolillo sin más incidencias. De regreso paramos en Boñar para tomar algo y despedirnos hasta el próximo mes. Después de todo ha sido una excursión sencilla y bonita.

Más fotos en flickr.

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