10 febrero, 2015

Trekking Familiar con muuucha nieve

Ayer, 8 de febrero, era segundo domingo de mes, así que tocaba Trekking Familiar. Pero hemos tenido una semana de mucha, pero mucha nieve. Hasta mitad de la semana había dudas de si haríamos el trekking o lo aplazaríamos. Finalmente la previsión del tiempo era buena y nos decidimos a ir hasta Pola de Gordón. La idea, sobre todo, era que los más chicos disfrutaran de la nieve con trineos y construir un iglú.

Iniciando la marcha. La nieve está pisada y se avanza bien.
En Pola de Gordón nos juntamos cuatro coches, pero uno de ellos solo estaba dispuesto a caminar un rato por la nieve y regresar a comer. Tomamos el camino que desde el camping de Pola lleva hacia el Cueto San Mateo. Al principio la nieve del camino estaba pisada por un tractor y el avance era sencillo. Pero después de media hora llegamos a una zona en la que solo había pisado gente con raquetas y esquís. José María y Javier abrían la marcha con raquetas, los demás los seguíamos como podíamos pisando en sus huellas. Incluso así dos de cada diez pasos nos hundíamos hasta la rodilla. Los niños lo tenían más fácil: pesan poco y no se hunden.
Jesús disfrutando del trineo.

En algún momento paramos para descansar mientras Houston y los niños se lanzaban en trineo. El plan es muy divertido, pero remontar el camino pujando del trineo es muy duro. Como vimos que en este plan no podíamos llegar muy lejos, a una hora prudente localizamos una zona más o menos llana y paramos a comer. Por segunda vez comprobamos que llevar unas esterillas en la mochila nos proporciona un lugar seco para sentarse y descansar. Después de la comida los niños, Houston incluido, se dedicaron a lanzase en trineo y a probar las raquetas.
Laura y José María con las raquetas preparando el camino para el trineo.

El iglú casi terminado.
Los mayores nos pusimos a construir el iglú. El asunto tenía miga, porque la nieve era abundante, pero antes había que compactarla. Una vez compactada la cortábamos con un serrucho en bloques
ortogonales. Después de la experiencia del anterior Trekking Familiar nos lo habíamos estudiado. Tras unas dos horas de duro trabajo teníamos un enorme iglú de más de un metro de altura. Pero se hacía tarde y convenía emprender el regreso. Abrimos la puerta en la pared del iglú y nos hicimos las fotos de rigor. Si hubiéramos tenido una hora más podríamos haberlo terminado. ¡Incluso había un voluntario para pasar allí la noche!

Antes de empezar el regreso nos visitó un grupo de excursionistas que bajaban de la montaña con sus raquetas. Todos nos animaron a terminar la construcción, pero la prudencia nos aconseja dejar el proyecto y regresar a casa.

La vuelta es más sencilla. Sobre todo porque es cuesta abajo. Aunque te hundas en la nieve, es más fácil caminar. Nos adelantan otros montañeros que bajan con esquís. ¡Así cualquiera! Ya cerca de Pola un enorme mastín nos saluda tan efusivamente que tumba en la nieve a Jesús entre las risas de todos.

Vamos aprendiendo. La próxima vez terminaremos el iglú. ¡A ver si la nieve dura un mes! En cualquier caso los chicos del club nos vamos este fin de semana a disfrutar de la nieve en Valdelugueros. Podemos seguir practicando la construcción invernal.

Javi abriendo la puerta del iglú.
En flickr tienes una selección de fotos.

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