04 julio, 2013

Vivac Anciles 2013

El pasado fin de semana nos fuimos de nuevo a hacer el vivac. Esta vez adelantamos la fecha con relación a los últimos años, pero hacerlo en el último fin de semana de junio tiene la ventaja de más horas de luz y más gente en la ciudad. Salimos el sábado a mediodía. Nuestra primera parada fue en la cascada cola de caballo de Nocedo. Había chicos que no la conocían.

Jesus, Alejandro, Jose, Jaime, Eduardo, Juan y Pablo
Frente a la cabaña al atardecer.
A continuación nos acercamos a las pozas de Los Caseríos. Siempre es un lugar importante en el vivac. Lo curioso, y la pega, es que el agua del Curueño estaba más fría de lo habitual. ¡Y eso que siempre está fría! Después comprobamos que en la montaña todavía había mucha nieve y esto hace que el agua baje más fría de lo normal. Algunos apenas se mojaron un poco y salieron rápidamente del agua.

Fuimos a comer a Redipuertas, al lado su impresionante cascada. Pasamos por el campamento de Valdelugueros y regresamos a Los Caseríos. El agua estaba un poquito menos fría a esas horas, pero no mucho. Ya a media tarde, cargados con nuestras mochilas, emprendimos el camino del bosque de los Elfos donde pasamos la noche. Una vez más tuvimos gente deportista que no se arruga ante el calor y la impresionante cuesta que hay que subir para llegar a nuestro destino.
Una arbol enorme y Alejandro
Alejandro ante un enorme árbol.

Ya en el bosque, comprobamos que la cabaña del año anterior estaba casi intacta, unos pequeños retoques y estuvo lista para dormir. Pero este año somos anda menos que ocho personas para dormir. Decidimos hacer otra cabaña pequeña por si no cabíamos todos. Una vez listas las cabañas nos fuimos a cantar canciones, cenamos y rezamos el rosario todos juntos. Antes de acostarnos los monitores nos ofrecieron un concurso de historias. José nos contó con gran entusiasmo la historia de "El corazón delator".

Finalmente todos dormimos en la misma cabaña. Bueno, algún monitor durmió por la parte de fuera... También hubo historias en la oscuridad de la noche. Hubo quién se durmió enseguida, hubo quien apenas pegó ojo... lo normal.

A la mañana siguiente, después de desayunar y recoger todo, decidimos regresar por la parte difícil, pero más emocionante. Recorrimos un camino en medio del bosque, vimos paisajes impresionantes. Encontramos el caché de geocaching que habíamos guardado hace cuatro años y que solo han visitado dos buscadores, el último de ellos un holandés apodado GeoLash que se perdió varias veces antes de localizarlo. Todo estaba en su sitio.

Ahora viene el impresionante descenso entre un bosque de hayas con una cuesta tan empinada que es muy fácil caer rodando entre hojas secas sin hacerse daño. Una vez llegados a los coches nos fuimos directos hasta las pozas: necesitábamos un baño, aunque fuera en agua fría.

A la una estuvimos en Lugueros para asistir a la misa del domingo. Para comer nos acercamos hasta el puerto de Vegarada, que es un sitio fresco y con unas vistas estupendas. Había por allí muchos caballos sueltos. Pablo logró subirse a uno de ellos. Antes de regresar a León volvimos a pasar por las pozas. Esta vez costó sacar a los chicos del agua. Como siempre el vivac es la convivencia más emocionante del año.

En el enlace podéis ver las mejores fotos (no están todas):
http://www.flickr.com/photos/anciles/sets/72157634462552793/show/

No hay comentarios:

Publicar un comentario