21 febrero, 2010

Café de padres: la comunicación en la familia

Ayer nos tomamos el segundo café de padres de este año. El invitado fue Domingo Román, maestro y pedagogo con amplia experiencia en educación y padre de familia. El tema propuesto era "La comunicación en la familia". Desde el primer momento Domingo nos hace ver que habla, sobre todo, desde su propia experiencia como padre. Nos hablará principalmente de la comunicación entre padres e hijos. Es imposible resumir en unos pocos párrafos la charla de Domingo, así que nos limitaremos a contar algunas de las muchas ideas que salieron en la misma.

La primera observación que nos hace es que cada familia y cada persona es diferente y que no hay recetas para todo. Una persona, un niño, para su desarrollo necesita de una familia. Sin familia no es posible construir una persona.

En los primeros años de la infancia se forma la personalidad y el primer referente, el primer ejemplo, para los hijos son sus padres. Los hijos imitan a sus padres aunque con el tiempo modificarán su conducta hasta formar su propio carácter.

Un peligro actual son las nuevas tecnologías: mp3, consolas, internet, televisión. Pueden ser un escape para evitar la comunicación dentro de la familia. Además nos falta tiempo para reflexionar.

Ser padres es un oficio difícil: no hay libro de instrucciones. Hay que ir aprendiendo día a día, con ensayo y error, observando con atención. Es importante aceptar al hijo como es, con sus capacidades y sus limitaciones.

Es importante escuchar despierto, la escucha activa, no cortar la comunicación con los hijos. Esto nos permitirá conocerles y hacerse cargo de su situación personal. Sobre esto, después, reflexionar y usar el sentido común. El modo de comunicarse con los hijos variará con el tiempo, pero es fundamental conseguir una buena comunicación antes de la adolescencia. Después será tarde. Hay que dedicarles tiempo y ganarse su confianza.

Cuando los hijos son mayores llegará un momento en que habrá que negociar. Negociar supone ceder por las dos partes. En cualquier caso la familia tiene que tener unos valores y unos criterios que crearán unos límites que nunca se deben sobrepasar: habrá unos límites familiares que nacen de la armonía en la familia y de la conciencia de los padres.

Se debe evitar: la sobreprotección, el autoritarismo, el abandono, el chantaje afectivo, los castigos innecesarios, los premios sin motivo, la falta de incentivos, el mal ejemplo, la ausencia, la inconstancia, la incomunicación. Los hijos más que aprender imitan a los padres. Por eso es fundamental el buen ejemplo y la coherencia.

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