Vivac 2010
Ayer regresamos del vivac de este año. Después de dos aplazamientos por diversos motivos, por fin este fin de semana nos fuimos al vivac de todos los años. El sábado salimos en la furgoneta Fon, Jorge, Miki y Samuel, con Charly al frente de la expedición. Nuestro primer destino, como no, fueron las pozas de los Caseríos en la hoces de Valdeteja. Allí disfrutaron los chicos tirándose al río desde las rocas hasta la hora de comer.
Un rato de descanso. Entre los árboles, a lo lejos, parece que hay llamas. ¡Un incendio! Socorro... No. Es la puesta de sol que parece fuego vivo. Algunos no se lo creen. Piensan de verdad que hay un incendio. En unos minutos el sol se pone y disipa todas las dudas.
Cenamos en la linde del bosque. Algunas nubes oscuras siembran la duda, pero por el norte está despejado. Ya es de noche al acabar la cena cuando empieza a llover. Rápidamente buscamos algo con qué cubrirnos, algunos no traen nada para la lluvia. Enseguida nos dirigimos hacia la cabaña, donde habíamos dejado los sacos de dormir. ¡Es prioritario que no se mojen! Cuando llegamos ha dejado de llover. La luna proyecta una luz clara, como una linterna. Puede que no llueva más... Decidimos hacer una votación: nadie quiere arriesgarse a que vuelva la tormenta y nos pille en medio del bosque.
Ahora toca recoger a toda prisa, no dejar nada olvidado, llegar hasta la furgoneta en medio de la noche y buscar refugio en el campamento de Valdelugueros. El descenso cargados y en la oscuridad se hace complicado. No llueve, pero el calor y la humedad se hacen agobiantes. Bajamos la cuesta del bosque y llegamos al inicio del camino. Allí hay una caseta de pastores que nos podría proteger si lloviera de nuevo, pero el cielo tiene estrellas.
Después de un breve descanso decidimos seguir el camino. Nos queda media hora de marcha cargados por un recorrido con algo de barro y grandes pedruscos en la oscuridad. Al cabo de un rato empieza de nuevo a llover suavemente. Apretamos el paso. Cuando estamos ya cerca de la furgoneta se pone a llover con ganas. Toca correr para llegar menos mojados. Abrimos la furgoneta, dejamos las mochilas y entramos. Deja de llover...
Localizamos a Toñina en Lugueros para que nos deje las llaves de la casa. Allí nos ponemos ropa seca y repostamos un poco. Una charla animada, los chicos aprenden a jugar a los chinos y se lo pasan en grande. Nos costamos tarde, pero en literas y secos. Aquí la noche no tiene emoción.
El domingo nos levantamos tarde y, después de desayunar, por aclamación, regresamos a las pozas. Una hora de baño y saltos. Asistimos a la Santa Misa en Lugueros y vamos a comer al Puerto de Vegarada. Un rato de descanso, unas patadas al balón y... de nuevo a las pozas. ¡A estos chicos les gusta más el agua que los caramelos!
A media tarde regresamos a León. El vivac de este año nos ha sido el normal, no hemos dormido en el bosque. Pero emocionante sí que ha sido. Hasta que comience el curso tenemos planeadas excursiones cada sábado. El próximo día 28 iremos a la Garganta del Górgora. También parece emocionante.
Una selección de las mejores fotos:
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